Por "haches" o por "bes" he faltado a 3 clases de pintura, lo que supone casi un mes... (que me dispongo a recuperar a la mayor brevedad), pero entretanto no he pintado nada; una, porque no he ido a clase y todo mi material artístico esta allí, otra porque he estado una semana con bronquitis (lo de todos los veranos... el aire acondicionado, que me desacondiciona), otra porque estoy a tope con las PulseraS DivinaS y la última: porque hemos aumentado nuestra familia gatuna...
Y todo está un poco relacionado porque el aire acondicionado (y el tiempo aquí en Coruña, que dicho sea de paso, acaba con un@) hizo que me pusiera enferma... cuando pedí cita en el ambulatorio sólo tenían para el miércoles (el dolor fuerte de pecho me empezó el domingo por la mañana)... allá que me voy al médico hecha una piltrafilla... y busqué sitio para aparcar, me quedaba un poco lejos, pero era el que había... salgo del ambulatorio y voy a la farmacia con mi chorrocientas recetas, y cuando llego al coche escucho... miau, miau, miau...
En fin, la historia del gato en el motor de un coche ya no os la detallo, pero era una gatita muy linda, llena de mierda suciedad, un saco de huesos y más sola que la una...
La llamé y no me costó mucho que cogiese confianza, la verdad... así que mi intención era sacarla de allí debajo y que su mamá la encontrase al oír su maullidos... pero entonces llegó la señora dueña del motor del coche donde estaba la gata y me dijo que hacía lo menos un día que oía ese "miau" en el motor, que de hecho había intentado sacarlo en varias ocasiones (la señora no debía de entender nada mucho de gatos...)... o sea que la enana aquella tenía ya unos cuantos kilómetros encima...
Tras comentarlo con mi santo vía wasap, decidimos que la llevaríamos al veterinario para que alguien la adoptase. Pero en estos tiempos que nos ha tocado vivir, donde sólo las ONG's se preocupan por el control de la población de los animales, la clínica tenía ya cuatro gatitos desde hacía un mes y por el momento nadie los había adoptado.
Así que les dejé mi teléfono por si aparecía alguien y mientras tanto me la traje para casa. La desparasitaron, le compré comida y a los dos días me llamó un chico interesado en quedarse con "sin nombre"... pero ya era tarde para mi querido marido, que se había encariñado con la "enana"...
Por supuesto el nombre ya se lo habíamos buscado: Lola.
Y aquí la tenéis: después de apenas cuatro días en casa ya está más que adaptada, Mica ya la ha aceptado (más o menos) y no para de mordernos... parecía tranquilita la niña pero se está empezando a soltar...
Y aquí os dejo otras fotos de PulseraS DivinaS, espero que os gusten!!
Un abrazo y muy feliz domingo!!!
